Home Office con todos en casa es una misión imposible, si hay alguien que no respetan los horarios laborales son los hijos, si a esto le sumas que se debe cumplir con todo el contenido académico y enviar todas las tareas a la plataforma virtual el quilombo es enorme. Además, los niños son niños, se aburren rápido, se concentran poco y manifiestan su encierro como mejor le parezca.
En casa la cuarentena es una declaración de guerra y tu mujer o tu hombre se lo han tomado muy enserio. No faltaba más. Alguno de los dos tiene que traer nafta al incendio. Ya tenían años cumpliendo con el distanciamiento social y ahora los obligan a estar juntos. Por primera vez coinciden en algo sin reproches: "Esto no va más". El  "quédate en casa" después de 50 días, en algunos casos, es psicológicamente tan peligroso como salir. De paso ya la heladera comienza a quedar vacía y la amenaza de reducción de salario está en el ambiente.

Esta es la pandemia interna. A todos nos toca liderar, en mayor o menor medida con alguno de estos factores, circunstancias o realidades. Jugar de local implica ser padres, maestros, esposos, hijos, abuelos, tíos, amantes, trabajador, compañero de trabajo, jefe, amigo, vecino, televidente, lector, escucha, fanático y ciudadano, todo a la vez, las 24 horas del día y los 7 días de la semana. No hay
escape. Lo primero que debemos entender es que la situación actual no es culpa de la pandemia. El encierro es culpa del COVID-19 pero las circunstancias internas propias de cada familia no. Una vez asimilado esto debemos decir que la ansiedad en esta crisis es la pólvora que hace falta para que todo explote. Pero ¿Qué es la ansiedad?, según la Real Academia Española (RAE) la palabra proviene del latín "anxietas" que refiere a un estado de agitación, inquietud y zozobra del ánimo. Nada más ajustado a la realidad. Todos en casa estamos agitados por las labores, inquietos por que los niños siempre buscan algo que hacer y en zozobra por lo largo de la cuarentana.
La pregunta es. ¿Puedo dominar mi ansiedad?, la psicóloga Carolina Mendoza está segura de que sí. “La ansiedad está en nuestros pensamientos y la alimentamos con las preocupaciones constantes que nos hacemos ante lo cotidiano, con esas preguntas y dudas que nos dan vueltas en la cabeza. Así como empezamos a pensar sobre lo que significa el mañana, cuándo va a pasar y cómo voy hacer, de esa misma manera podemos controlar ese pensamiento que provoca en nosotros la ansiedad”,
detalló.

Atacar la ansiedad a tiempo resulta tan importante como mantener el trabajo. La crisis nos obliga a mirar más a nuestro interior para identificar, en primer lugar, los pensamientos que estoy generando. “Lo que nosotros pensamos lo sentimos y como sentimos actuamos. Si yo tengo un pensamiento negativo repetitivo evidentemente me voy a sentir mal y voy a actuar mal a través del mal humor. Voy a pelearme con todos y todo me va a molestar. Así que lo primero es tomar conciencia de como estoy pensando. Una persona ansiosa siempre está en constante conflicto con su entorno más cercano. No es fácil cambiar el pensamiento, pero no es imposible, lo primero que
se necesita es hacerse consiente de lo que estamos pensando y luego tener constancia en el habito”, sostuvo la especialista.
Sea cual sea el área de desempeño, si estas en Home Office es porque puedes conectarte con un sistema remoto para vaciar toda la actividad que generas bien sea vía telefónica o por la misma web. Los encuentros de planificación y desarrollo ya no son en persona sino por una pantalla y ahora basta un mail para recibir una asignación o una video llamada para hacer una entrevista con clientes,
proveedores, acreedores o deudores. La dinámica es la misma, y los problemas de oficina también, pero si agregamos una pequeña dosis de ansiedad se puede sentir que todo se ha multiplicado y resulta que lo que tenemos son otras exigencias propias de casa y, querido amigo, este es el precio que hay que pagar por trabajar en pijamas. “Los roles siguen siendo los mismos. Yo sigo siendo madre, padre, esposa o esposo, pero no soy maestra, no soy docente. En esta etapa colaboro con las tareas de mis hijos, pero no soy docente y no hay que pretender serlo. En esta cuarentena nos está agobiando toda la actividad escolar porque no es lo mismo que los niños hagan sus actividades en la escuela que en la casa. Uno como padre no se da cuenta de todo lo que hacen en el día y ellos solos deben hacer su actividad y si tienen dudas se paran a preguntarle al docente. Creo que nosotros queremos ayudarles demasiado y si estamos trabajando desde casa esto nos quita mucho tiempo y energía”, indicó la
psicóloga Carolina Mendoza.
Es el momento, como vemos, de sacar nuestro planificador interno. La única forma de controlar la ansiedad es respetando los horarios y los roles. Quizás tenías la mejor vista de la ciudad desde el dos ambiente en el que vives en el piso 22, pero no te habías dado cuenta. El atardecer te despierta los sentidos y no lo habías visto porque mientras el sol se ocultaba vos estabas cumpliendo con tus 50 minutos de
colectivo para volver de la oficina. No todo es malo. Pero la ansiedad maxifica los problemas y ahora no tenemos ese escape interno para salir a fumar, caminar, visitar a un amigo o tomarse una birra en el bar de la avenida. No hay fútbol, pero hay series.
Si tienes más trabajo es porque estás trabajando en horarios que no corresponde y si el tiempo no rinde es porque no tenemos bien definido el día. Es así de sencillo.

TIPS PRACTICOS PARA MANEJAR LA ANSIEDAD:

1.- Comprometerse con el cambio de pensamiento. Comprender que esto que estamos viviendo es transitorio y que estas medidas son necesarias para nuestra salud física.
2.- Generar momentos de respiración profundas en tiempo de cuatro. Inhalo hasta llegar a cuatro y exhalo. Hacer esto repetidamente en momentos claves del día ayudará a relajarse.

3.- Meditar y poner la mente en blanco. La oración es indispensable o la lectura de un libro de preferencia.
4.- Hacer ejercicio. No importa si estás viviendo en un cuatro de tres por dos. Ahí mismo pueden saltar la cuerda y hacer abdominales. Cualquier tipo de rutina sirve para activar el cuerpo durante 30 minutos y esto servirá para bajar la ansiedad.
5.- Respetar la hora de descanso. Tal y como lo hacemos en la oficina debemos establecer el tiempo necesario de descanso. Como estamos en casa podemos llegar a un acuerdo para que esta hora sea la misma para todos.
6.- Compartir todas las tareas del hogar de forma equitativa. Almuerzo, cena, tareas del hogar, tarea de los niños, todo debe estar en una lista de acuerdo.
7.- No pretender ser docentes. Debemos entender que no somos maestros ni docentes y que los niños están acostumbrados a realizar sus tareas con instrucciones mínimas de un docente que debe atender a 30 alumnos por igual. Por tanto, tu hijo está habituado a recibir la atención mínima.
8.- Respetar los horarios de trabajo. Estar en casa con la compu encendida resulta fácil perder tiempo o, por el contrario, abusar de la facilidad para trabajar por más horas. El trabajo debe disfrutarse y para eso debe dedicársele el tiempo y la energía emocional necesaria. Estos límites solo los conoce quien cumple este rol.